«Un perfecto y elegante ballet sobre la basura.»
Por Patri Tezanos
También se trata de todo un esfuerzo narrativo porque, al igual que dice NO a los héroes anónimos de ciudad, hercúleos y de conciencia lavada con Fairy cada día, dice NO a una narración efectista. Nada de “tachans!” ni de atmósferas musicales de tensión, nada de planos extraños, nada de cámaras fugaces. Es una narración cruda que no interpone ningún matiz a la realidad de Baltimore: oyes y ves lo que hay y toda la tensión argumental la sustenta la construcción de los personajes y los sucesos. Todo lo que tengas que sentir lo sentirás por ti mismo y nadie te avisará de ello.
Al final te encuentras siendo espectador de la realidad, asistiendo a la vida de un grupo de personas que pensabas que no te iba ni te venía pero a los que coges una especie de sentimiento formado por el cariño, el respeto, la compasión, la comprensión y un interés sano. No por la acción ni por las esperanzas de sorpresas argumentales sino por el simple atractivo que constituye esa realidad, que muchas veces te hace llevar la mano hasta la frente y resoplar por vergüenza ajena.
The Wire no es un drama, ni una comedia, ni ciencia ficción, ni acción… es un relato real y como tal tiene de todo. Cuando la acabé hace unos días sólo pude definirla de una forma: un perfecto y elegante ballet sobre la basura. Recomendadísima.
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